Laureana Wright González nació el 4 de julio de 1846 en Taxco de Alarcón, Guerrero, de madre mexicana y padre estadounidense. Fue una periodista, escritora y precursora mexicana del feminismo.
Como mujer preocupada por la igualdad de las mujeres, e incansable luchadora por su emancipación, lego una amplia y rica obra en los diversos periódicos y revistas de la época; mediante sus escritos reiteraba la importancia de participación de la mujer en la educación, la cultura y la política, en el proceso de transformación de la sociedad; la escritura fue la herramienta que utilizó para poder llegar a diversos públicos que muchas veces le generaron críticas por su “liberalismo” religioso, que podría “contaminar” a las demás mujeres. Sin embargo, abrazo atrevidamente y con entusiasmo como pionera la profesión de periodista —poco incursionada por las mujeres de su tiempo—, con el fin de contribuir a la superación cultural de su género.
Su interés por la problemática de su género al acceso a la educación y al espacio público, la convierte en una de las primeras teóricas del tema en México, señalaba que dicha problemática era el origen de “la mujer instrumento”, crítica dura a la mayoría de las mujeres.
En 1887 fundó y dirigió la revista Las hijas del Anáhuac (después Violetas del Anáhuac), escrita por mujeres, semanario donde cuestionaba la forma de vivir de la mujeres, las invitaba a unirse al progreso mediante artículos, semblanzas, biografías y ensayos de opinión literaria, ciencias exactas y naturales, y planteaba el problema del sufragio femenino y la igualdad de género. En la dirección administrativa estaba Ignacio Pujol.
En sus escritos, Wright de Kleinhans reitera las maravillas del saber para erradicar la ignorancia, y manifiesta la indignación que le causan las condiciones deplorables de otras mujeres, privadas del acceso a la enseñanza que a ella benefició. Esto siempre le pareció una injusticia. Asimismo, abrió espacios de difusión para mujeres y, transformando en consecuencia las bases educativas de entonces y los estereotipos impuestos por la sociedad mexicana. Además, fue vicepresidenta de la Sociedad Espiritista de la República Mexicana, a la cual se unió porque uno de sus postulados sostenía que hombres y mujeres son iguales en inteligencia, una de sus premisas. Debido a estos relevantes aportes es considerada precursora del periodismo femenino en México, y del feminismo.
También luchó por hacer posible la independencia financiera de las mujeres por medio del campo profesional, para que tuvieran un sustento propio con salario básico y se emanciparan de la tutela masculina en cuestiones de economía. Deseaba hacerlas partícipes de una serie de herramientas intelectuales y prácticas para que pudieran afrontar solas a la viudez, el abandono del marido o cualquier adversidad.
En 1891, junto con la primera medica universitaria Matilde Montoya, y la madre de ésta última Soledad I Montoya, fundaron la escuela-asilo para obreras El Obrador: Luz y Trabajo, cuyo objetivo inicial era proporcionar apoyo a las obreras para que tuvieran un lugar donde dejar a sus hijos durante su jornada laboral, adelantándose a su tiempo, establecieron lo que hoy se conoce como guardería.
El periodismo y la educación los motivos de su vida profesional, también fueron origen de serias dificultades que la agotaron física moral y económicamente por lo que Laureana Wright se retira de Las Violetas en 1899, pero continúo escribiendo y publicando textos, hasta su muerte el 22 de septiembre de 1896 en la Ciudad de México.
Laureana y su equipo no lograron ver concretados plenamente sus sueños de cambios radicales en su búsqueda de la emancipación de las mujeres de su época, pero sí lograron con su empeño y dedicación llevar a la discusión, en el espacio público, la problemática de las mujeres y debilitaron prejuicios para allanar el camino de futuras generaciones en la reivindicación civil de la mujer, su transformación y para el ejercicio de sus derechos.
Fuente: www.cndh.org.mx
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