Bioquímica y farmacóloga americana, Gertrude Belle Elion ha sido una de las científicas más brillantes de la historia en el campo de la medicina. Como muchas mujeres de ciencia, triunfó dentro de un mundo meramente masculino donde el papel de las científicas fue habitualmente menospreciado.
Nacida en Nueva York en 1918, fue hija de emigrantes, de un dentista italiano y un ama de casa polaca. Terminada la secundaria, no pudo acceder a la Universidad debido a la inestabilidad económica familiar debida al crac de 1929. Pero gracias a sus excelentes notas pudo entrar en una universidad pública, el Hunter College, donde eligió la especialidad de Química. Su especialidad fue motivada en gran parte por una experiencia personal: la muerte de su abuelo por leucemia, al que estaba muy unida, cuando tenía 15 años; esta vivencia la motivó para el estudio de las ciencias para poder afrontar y solucionar este tipo de enfermedades.
Se licenció en el Hunter College en 1937; para continuar con sus estudios superiores debía ir a la Universidad de New York, pero ante la falta de recursos, su entusiasmo por conseguir investigar la llevó a trabajar primero de forma gratuita y luego por un sueldo irrisorio de 20 dólares semanales como ayudante de un químico. Alternó este trabajo con la docencia: fue profesora en química y física en varios centros de educación superior, como la Universidad de Duke o el Hospital School of Nursing de Nueva York. Se matriculó en 1939 en la Universidad de New York en un posgrado de Química, obteniendo en 1941 un Máster en Ciencias Químicas. Nunca llegó a obtener el título oficial de doctora, pero posteriormente fue reconocida con tres doctorados honoris causa por la Universidad George Washington, la Universidad de Brown y la Universidad de Michigan.
El revulsivo para su introducción el campo de la investigación fue la II Guerra Mundial, ya que provocó la escasez de técnicos de laboratorio y permitió la entrada de la mujer en estos campos. Encontró un trabajo que fue la base de toda su exitosa carrera: asistente del Doctor George Hitchings; en su laboratorio se convirtió en experta en química orgánica y trabajó en los campos de la farmacología, la inmunología o la bioquímica. La colaboración establecida desde 1944 con George Hitchings duraría de por vida, al igual que la establecida con el británico James W. Black.
Ya fuera en investigación solitaria o en colaboración, Elion revolucionó y desarrolló numerosos fármacos para mejorar la calidad de vida de las personas. Entre sus descubrimientos destaca el fármaco AZT para el tratamiento del SIDA o el Imuran, un medicamento que facilita los trasplantes de riñón y que ayuda al cuerpo a aceptar los órganos trasplantados. Aunque su mayor investigación, y por la que le otorgaron el Premio Nobel en Fisiología o Medicina 1988 junto a George Hitchings y James W. Black, es el estudio de las diferencias bioquímicas entre células humanas normales y patógenas (agentes causantes de enfermedades) para diseñar fármacos que pudieran eliminar o inhibir la reproducción de patógenos particulares sin dañar las células huéspedes. Otros premios que recibió son la Medalla Nacional a la Ciencia (1991) y el Premio Lemelson-MIT al logro de toda una vida (1997). En 1991 se convirtió en la primera mujer perteneciente al National Inventors Hall of Fame.
Falleció en 1999 por causas naturales, tras una vida dedicada a la farmacología enfocada a la curación de enfermedades.
Fuente: mujeresconciencia.com